La escoliosis de la columna vertebral es una curvatura lateral que a menudo puede dar lugar a una curva en forma de "S" o de "C" en la columna vertebral y que suele producirse en las regiones torácica o lumbar de la columna. La escoliosis puede ser congénita, es decir, presente desde el nacimiento, o idiopática, es decir, que se desarrolla con el tiempo como resultado de otra enfermedad, como la parálisis cerebral o la distrofia muscular.
La escoliosis idiopática también puede desarrollarse como resultado de un desequilibrio muscular causado por un traumatismo físico tras un accidente o por actividades unilaterales como los deportes de lanzamiento o de raqueta. Los niños pueden desarrollar una escoliosis por llevar bolsas pesadas sobre un hombro todo el día en la escuela.
La escoliosis no siempre es evidente en los casos menores. Si se pasan los dedos por la columna vertebral a ambos lados de las vértebras, quedarán dos líneas rojas. A menudo es más fácil ver la curvatura de la columna vertebral en estas líneas rojas.
Esta enfermedad es una curvatura anormal de la columna vertebral. Suele desarrollarse en la primera infancia, justo antes de que el niño llegue a la pubertad.
La mayoría de las personas tienen una escoliosis leve y no necesitan ningún tratamiento. Sin embargo, nuestro equipo de columna vertebral puede organizar revisiones periódicas para asegurarse de que la escoliosis no empeora a medida que los niños crecen. Una vez que el crecimiento óseo principal termina después de la pubertad, la escoliosis no suele empeorar. La mayoría de las personas pueden hacer deporte y otras actividades con normalidad.
Ocasionalmente, en ciertos casos, se aconseja una operación para las personas con escoliosis grave. El objetivo de la operación es corregir la curva, estabilizar la columna vertebral y fusionar la curva. La fusión es la unión de dos o más huesos de la espalda (vértebras). A menudo se utilizan implantes o varillas para mantener la espalda recta después de la operación. Estas varillas se suelen alargar cada 4-6 meses a medida que se va creciendo. Reunirse con nuestro equipo es la mejor manera de elaborar un plan de tratamiento para asegurarse de que usted y su familia sigan viviendo su vida cotidiana sin verse afectados por la enfermedad.
